CAPITULO XX
La resistencia.
Olga menciona los “periódicos hablados” que
solo era divulgar las noticias que algunos internados sabían.
L con ayuda de algunos
miembros de Canadá pudo hacer una radio, la cual enterraban y por las noches
sacaban para poder escuchar las buenas noticias del mundo y levantar la
esperanza de los infelices internados.
Un día llegaron al campo dos
paquetes de explosivos para hacer estalla los crematorios, sin embargo uno de
estos llego a manos de los alemanes por lo cual se volvieron totalmente
desconfiados, tanto que cada que veían algo sospechoso entraban a las barracas
a destrozar todo en busca de evidencias y si encontraban a un sospechoso lo
colgaban en la orca.
Olga por un tiempo fue
repartidora de cartas, por lo tanto también entregaba paquetes secretos, una
vez estuvieron a punto de descubrirla pero no fue así.
Ella sabía que estaba
propensa a ser condenada a muerte pero eso era lo de menos si moría por lo
menos sabía que moriría luchando.
Un día se escucho una gran
explosión, definitivamente fue una bomba que estallo en los crematorios.
Quien organizo la explosión
fue un judío francés llamado David, el cual como ya estaba condenado a muerte decidió
aprovechar su poca vida y consiguió los explosivos y con ayuda de gasolina pudo
acabar con solo un crematorio.
Aprovecho el escandalo junto
con los demás de su grupo y cortaron el alambrado para así escapar, no todos lo
lograron pero otro tanto sí.
A los que atraparon les
soltaban escopetazos en la nuca, pero antes les daban unos buenos latigazos
para que surtieran un poco antes de morir. Entonces las selecciones se hicieron
más crueles desde aquel día.
CAPITULO XXl
“¡Paris ha sido liberado!”
Una tarde un francés llego a
la enfermería con una cara extraña como de placer; a Olga le toco atenderlo y
ella pendo que él estaba loco o algo parecido. De repente él le susurro a Olga
la oído que Francia había sido liberada, Olga no lo podía creer y la esperanza
y felicidad resalto en ella, al poco tiempo se empezó a propagar la noticia y
la esperanza en el campo y las fantasías en la mente de las prisioneras
comenzó, ella se imaginaban su rescate.
De nuevo los alemanes
hicieron de las suyas y engañaron a varios internados ya que se les dijo que
para navidad las personas que tuvieran parientes en Estados Unidos serian
llevadas haya, por lo tanto les pidieron nombres, direcciones, etc.; todo
parecía muy real ya que si se los llevaron en el tren y hasta les proporcionaron
zapatos y abrigos pero poco después se descubrió la verdad, se los habían
llevado a otro campo a exterminar y así los abrigos y zapatos fueron devueltos.
CAPITULO XXll
Experimentos científicos.
Olga cuenta que los medico
alemanes tenían en sus manos a muchos
internados con los cuales podían hacer experimentos; a ellos los llamaban
conejillos de indias.
La mayoría de los
experimentos eran inútiles como ver cuando duraba la vida de un hombre que solo
se abastecía de agua salada o agua helada, al final de cuentas los que eran
sometidos a esos experimentos morían y si llegaban a sobrevivir eran llevados a
las cámaras de gas.
En si lo que querían saber
de esos experimentos era saber la resistencia humana antes de morir.
La compañía de BAYER también
participo en estos experimentos obvios claro con medicamentos.
Un experimento cruel fue que
hacían injerto de huesos o músculos, lo cruel era la operación ya que las
ataban a una mesa y no les daban anestesia.
Otros experimentos era la
inseminación artificial en las mujeres, o la inyección de hormonas sexuales y
también la esterilización o castraciones.
A las mujeres también les
llegaron a inyectar diversos líquidos en los genitales y los pechos.
CAPITULO XXlll
Amor a la sombra de un
crematorio.
En el campo también ejercía
el amor, no solo entre internados sino también entre las Blocovas y los
oficiales nazis.
Para las internadas o por lo
menos para la mayoría la única maneras de comes un poco de patatas era
atrayendo a un hombre ya que estos les compartían de su comida a cambio de un
favor sexual, las blocobas también tenían sus queberes con algunos internados,
esto en alguna parte que ellas tenían en las barracas.
También los jefes del campo
o jefas tenían sus aventuras con algunos internados como era el caso de Irma la
cual era bisexual y llego a tener aventuras
homosexuales, esto se lo conto a Olga una internada que era muy apegada
a ella, ya que Irma le ordenaba que le llevara algunas presas a su cuarto y así
tenían relaciones.
Como sabemos todos tenemos
necesidades sexuales, aun en estar en esas malas condiciones no era impedimento
para que ellos tuvieran esas necesidades, aparte se podría decir que ya existía
la prostitución ya que como ya he mencionado algunas internadas hacían favores
sexuales a cambio de algo.
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