LECTURA

LECTURA

miércoles, 15 de mayo de 2013

Los hornos de Hitler (16,17,18 y 19)



CAPITULO XVl
Algunos detalles de la vida detrás de las alambradas.
Como ya se había mencionada el alambrado del campo estaba electrificado por lo tanto todo contacto con ello era mortal, además estaban en cuidado de los guardias para no poder tener comunicación entre dichas rejas.
Poco a poco la seguridad de las rejas disminuyo y el contacto entre rejas comenzó, y así muchas parejas comenzaron a hacer planes para sus futuros.
De vez en cuando aparecía un guardia desalmado que esperaba a que las parejas entre rejas se junten para darles un buen susto tirando disparos.
Un día a la enfermería llego una chica con una herida de bala en el ojo por que se había relacionado un con un francés (que pertenecía a la resistencia) del cual se había enamorado y se comunicaba a través del alambrado, por lo tanto uno de los guardias decidió darles un susto y la bala callo en su ojo derecho.
Muchos decidían quitarse la vida lanzándose a las alambradas, y los recoge cadáveres tenían que quitar los horrendos cuerpos de ahí. Gran valor el que tenían al quitarse la vida por percepción propia.
Olga menciona que algunos de los prisioneros y prisioneras eran marcados con un tatuaje, muchos pensaban que los tatuaban para identificar a quienes mandarían a la cámara de gas.
Olga también menciona que a veces tatuaban a todos los que llegaban al campo y después por un lapso de algunos meses lo dejaban de hacer.
En las prisioneras tatuadas eran las blocovas, empleadas de categoría inferior y las que trabajaban en el hospital y se les daban unas tarjetas que contenían datos personales y donde se registraba su muerte (podría decirse que tenían trato especial).
Los tatuajes eran indelebles y cada que un tatuado moría su número quedaba disponible para otro prisionero ya que los alemanes nunca pasaban de numero 200,000.
Olga era la numero 25,403.
 Olga menciona que también los marcaban con triángulos de colores y algunos signos por ejemplo el triángulo rosa indicaba a los homosexuales, también dice que la mayoría de la población del campo era gente cristiana, aproximadamente un 80%, ya que los judíos eran mandados directamente a los crematorios y cámaras de gas. Cuando fui al museo de memoria y tolerancia me tocó ver los uniformes marcados, y si definitivamente eran con triángulos de diversos colores en el brazo.
CAPITULO XVll
Los métodos y su insensatez.
En el campo comenzaron a haber tareas insignificantes y absurdas tanto así que Olga las llego a llamar tareas “estúpidas”.
El único fin de estas tareas era acabar con su resistencia física y moral para así poderlos hacer candidatos para las selecciones.
Una de esas tareas era arrastrar rocas de un lado a otro de una en una, barro o ladrillos y después volverlo a llevar a su lugar de origen.
También otra tarea agotadora era limpiar los evacuatorios, que consistía en sacar los desecho en calderas las cuales cargaban por varios metros y así durante todo el día, al final se limpiaban lo más que podían pero aun así el olor era muy malo.
Si alguien ya no aguantaba  el agotamiento y caí desfallecido se le daba una un palo para que “reviviera” y si no era así este era pateado.
Olga estuvo en constantes cambios de campo por lo tanto se dedicaba a diversas tareas, casi siempre de enfermería, pero también en lavar los evacuatorios, las faenas en el campo, entre otros.
El único sueño que tenían las internadas era huir, sin embargo esto era casi imposible ya que estaba la alambrada, los guardias, los perros y si alguien intentaba escaparse sonaba una alarma que alertaba a todos. Solo unos 3 o 4 pudieron escaparse.
Si la alarma sonaba los reflectores se prendían y examinaban el área junto con los policías y sus perros.
Quienes se hacían de joyas y dinero trataban de escapar comprando trajes de los alemanes y hacerse pasar por ellos, así fue como le hicieron una pareja de enamorados y si funciono, pero solo estuvieron fuera dos semanas, poco después los descubrió un oficial alemán que los vio en el pueblo donde ellos estaban escondidos.
Los devolvió al campo para castigarlos pero ellos no se dejaron y se revelaron devolviéndole los golpes a los alemanes, esto los enfureció y a la chica la dejaron con un hijo aplastado y la mandaron a la cámara de gas.
Un día Tadek (el polaco ya mencionado anteriormente) b llego al hospital diciéndole a Olga que tenía planeado escaparse.
Olga después escucho hablar a sus de que Tadek y su hermano si lograron escaparse pero que dos kilometro antes de llegar a las líneas rusas Tadek al no tomar agua se impulsó a una fuente a tomar pero el ya sabía que su destino era morir y así fue y su hermano logro quedarse salvo.
CAPITULO XVlll
Nuestras vidas privadas.
Olga por 6 meses vivió con 5 compañeras, la doctora “G”, un chica yugoeslava, la doctora Rozsa (una pediatra),”S” (así la menciona Olga en el libro, ella era una cirujana) y una dentista; poco a poco se fueron incluyendo más mujeres hasta que llegaron a ser 12.
A pesar de que estaban en contante contacto con enfermos ninguna de ella tuvo una infección grabe, sin embargo Olga era muy sensible a la sarna, ella menciona que le dio esta enfermedad 7 veces.
Ella utilizaban el pingajo que no era masque una media o sombrero en forma de maleta que usaban como bolsa, maletín etc.
A Olga le llegaban paquetes de la resistencia y como ella y sus compañeras se compartían todo ella estaban un poco molestas ya que Olga no les podía decir con certeza de que eran dichos paquetes.
El santo o cumpleaños (como gusten llamarle) de Olga llego y sus compañeras le hicieron un regalo a pesar de la falta de confianza que se tenían, L le dio un cepillo para los dientes el cual estaba usado y también le regalaron una manzana verde, este articulo y la manzana eran muy valiosos ya que pocos contaban con ellos.
CAPITULO XlX
La bestias de Auschwitz
Olga se refiera a Joseph Kramer como “bestia de Auschwitz”, menciona que se parecían un poco a Buda.
Olga lo vio unas cuantas veces y por el motivo que ella lo llama bestia era porque extermino a miles de hombre y mujeres en el campo checo.
Un día sacaron a todos de las barracas y una orquesta salió a tocar agradables melodías y varios aviones comenzaron a bolas por encima de ellos, todos estaban muy confundidos hasta que Olga se percató de que los estaban filmando, ella se refiere a esto como un documental, en el cual querían plasmar que la vida ahí era bueno, todo era un total engaño para poderlo exhibir en el mundo.
El doctor Kramer les dio la tarea de arrebatarle las blusas a todas la pacientes, esta era su única ropa la cual ya estaba más que gastada.
El doctor Mengerle (ex amante de Irma) participaba en las selecciones y les gustaba que las seleccionadas parearan desnudas frente al para así decidir a quienes llevaría a la cámara de gas y a quienes no.
Otra vestía era Irma la cual fue llamada “el ángel rubio” a pesar de su gran belleza seguían siendo una escalofriante mujer y el único que tenía un poco de compasión por los demás era el doctor Klein.

No hay comentarios:

Publicar un comentario